Hace algunos años la escena hardcore cambió radicalmente, las bandas emblemáticas de la primera escena hardcore de los 80 desaparecian lentamente y un hiato importante se hizo evidente en la ciudad; esto se hizo muy palpable con el pase a sus cuarteles de invierno de la banda más constante y representativa de la escena de aquellos tiempos, Gx3. La escena renació, nuevas bandas surgieron y mantuvieron la escencia del movimiento vivo, una nueva esc
ena surgió y el nombre de Gx3 entre está nueva generación tomó visos de leyenda. Pues bueno, eso es lo que nos dejó a todos los que tuvimos la suerte de presenciar el concierto del viernes último, el renacer por una noche de una leyenda del hardcore.
La escena hardcore en Lima siempre se preció de ser una escena
pequeña pero activa,y algo no tan común dentro de esta es que un show hardcore se agote; pues bueno, eso es lo que ocurrió con esta fecha, se agotó, al llegar muy temprano al Sargento Pimienta lo primero que encontré fueron caras nuevas y caras antiguas, todas con cierto matiz de decepción al encontrar a puertas del local un cartel que anunciaba que las entradas para este concierto se habían agotado; y ocurrió algo nunca visto en un concierto hardcore, aparecieron revendedores que aprovecharon las ansias de los muchachos de ver a la banda y vendieron las entradas hasta en 4 veces su valor original, todo ello para ver a Gx3, eso, ya me indicaba que sería una noche muy diferente a otras.
Recuerdo la primera vez que ví a Gx3, fue en la ya legendaria Jato Hardcore, no recuerdo muy bien las otras bandas que estuvieron esa noche, solo recuerdo que las canciones rápidas y las letras honestas de la banda me impresionaron; en aquellas épocas encontrar una banda que tuviera reminiscencias del hardcore californiano de 7 seconds o algunos riffs que le debían mucho a Minor Threat era algo muy poco común en una escena colmada de hardcore con influencias británicas, desde ahí, Gx3 se volvió en una constante en los conciertos en a los que concurría, aunque fueran muy pocos y muy dificiles de asistir siendo menor de edad en una época de terrorismo y toques de queda; pero ahí estaba Gx3, diciendo en cada una de sus canciones aquella cosas que veía y con las que me sentía identificado, expresaban aquello que ocurría en una ciudad convulsionaba y te llamaban a la acción y a la autocrítica.
Al entrar al local ya se podía ver que el show sería de primera, muy buenos equipos y un sonido muy bueno se dejaban notar, sobre todo en
la música de fondo, que al ritmo incesante de Ataque 77 calentaban al publico para lo que vendría; a medida que se llenaba el local la expectativa crecía, y tras una muy larga espera, hora y media desde el momento en que se abrieron las puertas, apareció la última formación de la banda, Gonzalo, Gabriel, Guillermo y Pipe tomaban el escenario.
Les confesaré que tenía muchas expectativas frente a este concierto, la primera de ellas era, ¿como sonaría la banda ahora?; pues bueno, solo me queda decir una cosa, sonaron mejor que nunca; esto contrasta tremendamente con los primeros conciertos de la banda allá por el año 1986, aquellos años de conciertos en la Jato Hardcore, en Magia o en los Reyes Rojos, esta noche hubieron equipos completos, amplificadores de guitarras y un sonido profesional, nada que ver con aquellos años en los que tener un amplificador era impensable y en que tener una batería propia era prohibitivo, años en que no había medios, pero había demasiadas ganas de hacer y crear un cambio; con todo esto, se demostró algo, el paso de los años les ha dado algo primordial a los miembros de Gx3, experiencia y conocimientos suficientes para reinventar sus temas ya clásicos; muchos pueden criticar a la banda pues han perdido ese sonido crudo de su primeras presentaciones, un sonido desgarrador que iba acorde a las épocas, pero lo que han perdido en crudeza lo han ganado en calidad musical, el concierto estuvo plagado de sorpresas y nuevos arreglos a los temas de la banda, un sonido más pulcro y mejor elaborado, el cual refresca a la banda y me atrevería a decir que, de decidirlo ellos, podrían crear aún temas muy buenos que los mantendría vigentes 20 años más.
Les confesaré que tenía muchas expectativas frente a este concierto, la primera de ellas era, ¿como sonaría la banda ahora?; pues bueno, solo me queda decir una cosa, sonaron mejor que nunca; esto contrasta tremendamente con los primeros conciertos de la banda allá por el año 1986, aquellos años de conciertos en la Jato Hardcore, en Magia o en los Reyes Rojos, esta noche hubieron equipos completos, amplificadores de guitarras y un sonido profesional, nada que ver con aquellos años en los que tener un amplificador era impensable y en que tener una batería propia era prohibitivo, años en que no había medios, pero había demasiadas ganas de hacer y crear un cambio; con todo esto, se demostró algo, el paso de los años les ha dado algo primordial a los miembros de Gx3, experiencia y conocimientos suficientes para reinventar sus temas ya clásicos; muchos pueden criticar a la banda pues han perdido ese sonido crudo de su primeras presentaciones, un sonido desgarrador que iba acorde a las épocas, pero lo que han perdido en crudeza lo han ganado en calidad musical, el concierto estuvo plagado de sorpresas y nuevos arreglos a los temas de la banda, un sonido más pulcro y mejor elaborado, el cual refresca a la banda y me atrevería a decir que, de decidirlo ellos, podrían crear aún temas muy buenos que los mantendría vigentes 20 años más.
Un lleno total del local hizo de este concierto una noche epecial, cientos de voces unidas en una, repitiendo cada línea, cada coro, cada himno que nos
regaló Gx3 esa noche, los temas se sucedían uno tras otro, y las fuerzas no menguaban en ningún momento; se revisó todas la épocas de la banda, desde la simpleza y honestidad cruda y directa del Un Nuevo Enemigo, hasta la melodía y pulcra rapidez del En Casa, su última producción oficial; uno tras otro se sucedieron temas que marcaron a tres generaciones de hardcore kids, reflejando en sus letras todo el sentir de los miembros de un movimiento que se resiste a caer y se mantiene firme con el correr de los años; se podía ver en las caras de todos los presentes la alegría, la rabia, la unión y la amistad contenida en un inmenso pogo que por momentos cubría la totalidad del local, nadie podía quedarse quieto, nadie podía quedarse callado; la magia resurgió por una noche y permanecerá en la mente y en los corazones de todos los que pudimos estar allí. La presentación de la banda fue excelente, a pesar de algunos errores en el momento de la ejecución, se notaba que Guillermo andaba fuera de practica, pero esa noche, todo se perdonaba, se perdonaban omisiones de algunas canciones, yo esperaba escuchar el cover de Stepping Stone que tocaban en los 80, pero nos regalaron más, nuevas versiones de temas clásicos, un par de covers y una noche para recordar toda la vida.
Así nos dejo Gx3, luego de entonar el himno máximo de la banda, Antisocial, nos dejó con la miel en los labios, con la esperanza de que vuelvan definitivamente, con la esperanza que en algún otro momento podamos nuevamente tenerlos dentro de nuestra pequeña escena hardcore, con el corazón lleno de alegría, con la mente llena de ideas de cambio, con las baterías llenas para seguir combatiendo aunque el gris caiga sobre nuestras cabezas.
(Fotos cortesía de Audiofobia y 23 Punk)
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